martes, 14 de julio de 2015

COMUNIDAD  PRIMITIVA


Por comunismo primitivo, comunidad primitiva, o modo de producción primitivo, se entiende, en la teoría marxista, una etapa del desarrollo de las formaciones económico-sociales, caracterizadas por el bajo nivel de desarrollo de las fuerzas productivas, la propiedad colectiva de los instrumentos de producción (rudimentarios) y la distribución igualitaria de los productos. Es el primero de los modos de producción que Marx definió como estadíos de la evolución de la historia económica.
Los hombres estaban organizados en bandas, dedicados a la caza, pesca y recolección, y la actividad laboral humana se basaba en la cooperación simple. Para Marx, este tipo de producción colectiva o cooperativa era, naturalmente, el resultado del desamparo en que se encontraba el individuo aislado, y no de la socialización de los medios de producción. Como consecuencia, el hombre primitivo no concebía la posibilidad de una propiedad privada de los instrumentos de producción, sólo algunos de éstos, que les servían también para defenderse de las fieras, les pertenecían en propiedad personal.




ESCLAVISMO

La apropiación de la tierra y los ganados por parte de las personas más influyentes de la sociedad (jefes tribales), les permite acumular riqueza con base en la agricultura, la cría de animales, la minería y el artesanado. Acontecimiento que les permite el control social, conseguir aún mayores excedentes y darse una vida de lujos, con una comercialización más amplia logran mayores rendimientos; así, se conocen las grandes caravanas mercantiles de la antigüedad.
Se forman clases sociales que antagonizan: poseedores y desposeídos. Los monarcas, la nobleza, los funcionarios (escribas) y los grandes propietarios de tierra viven a expensas de los campesinos, pastores y los artesanos.  






 

 FEUDALISMO

Sistema contractual de relaciones políticas y militares entre los miembros de la nobleza de Europa occidental durante la alta edad media. El feudalismo se caracterizó por la concesión de feudos (casi siempre en forma de tierras y trabajo) a cambio de una prestación política y militar, contrato sellado por un juramento de homenaje y fidelidad. Pero tanto el señor como el vasallo eran hombres libres, por lo que no debe ser confundido con el régimen señorial, sistema contemporáneo de aquél, que regulaba las relaciones entre los señores y sus campesinos.


 

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